El INDE pierde su energía financiera
La posible reducción del
Costo Anual de Transmisión (CAT) del fluido eléctrico podría significar una
caída de Q300 millones en los ingresos del INDE en los próximos dos años. Esto,
sumado a los impagos de las empresa municipales de energía y al constante
crecimiento del subsidio a los usuarios, no solo se traduce en la falta de
recursos del instituto para emprender nuevos proyectos hidroeléctricos y
repotenciar los ya existentes. También podría provocar su quiebra en el mediano
plazo.
PEAJE MÁS BARATO
La Comisión Nacional de
Energía Eléctrica (CNEE) resolvió, en enero, disminuir el peaje por transportar
energía durante 2013 y 2014. Lo hizo con base en un informe presentado en
noviembre por el Administrador del Mercado Mayorista (AMM). Sin embargo, los
transportistas objetaron la nueva tasa y presentaron un recurso de revocatoria
ante el Ministerio de Energía y Minas. Mientras la CNEE resuelve, el CAT de
2011-2012 seguirá vigente. “Se le pidió a la comisión que volviera a analizar
el ajuste. Todavía no se ha pronunciado”, explica Erick Archila, titular de la
cartera y presidente del INDE.
De acuerdo con una
presentación colgada en el portal electrónico de la CNEE (http://goo.gl/3KB6G),
la AMM incumplió con los lineamientos estipulados por la ley para establecer el
CAT. “No calculó el Valor Nuevo de Reemplazo, no presentó la metodología que
garantice precios óptimos y eficientes, no consideró diseños con tecnologías
óptimas disponibles en el mercado. Además, incluyó activos no eléctricos en el
peaje y utilizó un Impuesto Sobre la Renta distinto al aprobado en la Ley de
Actualización Tributaria”, dice el documento.
ContraPoder intentó sin
éxito hablar con Carmen Urízar. Sin embargo, en abril, la presidenta de la CNEE
dijo a elPeriódico que la metodología utilizada para fijar el peaje por
transmisión 2013-2015 había sido la misma. También explicó que fue la caída en
los precios de algunos materiales la que incidió en el cálculo del Valor Nuevo
de Reemplazo del tendido eléctrico.
Amén de estas
consideraciones técnicas, el INDE estima que la reducción del peaje provocaría
una caída de Q300 millones en sus ingresos durante el período 2013-2014, si el
tipo de cambio se mantiene en Q7.85 por dólar, y representaría un ahorro de tan
solo 0.86 por ciento para los usuarios del servicio. “Las tarifas se
abaratarían Q0.016 por kilovatio/hora”, afirma Archila.
SOLIDARIDAD QUE
ASFIXIA
Autoridades y
trabajadores coinciden en que el subsidio a los usuario constituye una carga
cada vez más pesada para el INDE. Desde 1999 hasta finales de 2013, la entidad
habrá erogado más de Q8.2 millardos al financiamiento de la tarifa social. “El
subsidio crece Q100 millones cada año. Pagaremos Q1.3 millardos en 2013”,
advierte el titular de Energía y Minas. La cifra equivale al 34 por ciento de
los ingresos presupuestados por el instituto para este año, según los datos
disponibles en el Sistema de Contabilidad Integrado (Sicoin).
A estos montos hay que
añadir otros Q54 millones. “Las tarifas iban a subir 8 por ciento de mayo a
junio. Así lo había decidido la Comisión Nacional de Energía Eléctrica. Pero el
INDE salió al rescate y puso el dinero para que los precios permanecieran sin
cambios. Eso es adicional a la tarifa social”, dice Archila.
Gustavo Valencia,
Secretario del Sindicato de Trabajadores del INDE (STINDE), considera que
compartir la carga la haría más ligera. “Desde el gobierno de Álvaro Arzú, la
responsabilidad recayó sobre el Instituto. El Gobierno y los generadores
también deberían aportar”, afirma.
Archila, por su parte,
piensa que la solución es redefinir el subsidio. “El 85 por ciento de los
usuarios del país recibe tarifa social y eso ha contraído la capacidad
financiera del INDE. Estamos trabajando un propuesta con la Secretaría de
Planificación y Programación de la Presidencia para que los aportes lleguen a
quienes realmente los necesitan”, explica.
CUENTAS POR COBRAR
Las deudas de trece
empresas municipales de energía y del Ministerio de Finanzas Públicas son la
tercera causa de los dolores de cabeza del INDE. Los impagos se aproximan a los
Q1.15 millardos. La comuna de Quetzaltenango encabeza la lista negra con Q813.9
millones. Le siguen las de Huehuetenango con Q147.5 millones, Puerto Barrios
con Q44.9 millones, Guastatoya con Q44.4 millones y Jalapa con Q32.1 millones.
“El INDE no ha cortado el servicio porque es de primera necesidad. Los usuarios
pagan, pero las alcaldías utilizan los recursos para otros menesteres y no
pagan”, afirma Valencia.
Durante la
administración anterior, el Instituto inició procesos de cobro en
Quetzaltenango. También promovió un antejuicio en contra de Jorge Rolando
Barrientos, alcalde y gerente de la empresa municipal de energía. Pero las
acciones no prosperaron y la comuna, por su parte, impugnó la validez de nueve
facturas extendidas por el INDE. “Tres fueron validadas. Las otras seis están
pendientes”, dice un informe de la Asesoría Jurídica del Instituto.
El año pasado, el
Gobierno de Otto Pérez Molina y Barrientos negociaron los impagos. “El alcalde
insistía en que debían calcular la deuda con base en las tarifas de 1978 y el
INDE con las del 2009. Al final se sacó un promedio y se acordó el pago”,
explica el Ministro de Energía y Minas. Fue así como pasado 14 de septiembre
los diarios de Quetzaltenango informaron que el alcalde había amortizado Q130
de los Q216 millones pactados. “Eso fue una condonación de deuda”, afirma el
secretario del STINDE.
Sin embargo, desde esa
fecha, el INDE no volvió a recibir un centavo de Barrientos. “No le volvimos a
ver la cara. Es una irresponsabilidad. Es una deuda que no se puede obviar. Y
los procesos judiciales no avanzan. Lo mismo sucede con otros alcaldes, pero
los montos (de impagos) son menores”, señala Archila.
Barrientos tiene una
versión distinta. “Las anteriores autoridades del INDE triplicaron el precio de
forma arbitraria. Pero la alcaldía no trasladó el aumento para no lastimar a
los usuarios. Ahora es diferente. Este Gobierno tiene voluntad de apoyar y
dialogar. Haré otro abono en junio. Estoy por firmar un compromiso de pago.
Tengo esperanza de que el asunto se resuelva, sobre todo porque Quetzaltenango
va ser sede de los Juegos Centroamericanos y del Caribe”, asegura.
La Asociación Nacional
de Municipalidades de Guatemala (ANAM) prefiere no intervenir en el conflicto.
“No podemos mediar. Son contratos entre las municipalidades y el Instituto.
Pero la autonomía no tiene nada que ver con este asunto. Los compromisos tienen
que cumplirse”, asevera Isaías Martínez, alcalde de San Diego, Zacapa, y
representante de la agrupación de jefes ediles ante la Junta Directiva del
INDE.
SIN DINERO PARA
INVERTIR
Lo cierto es que el
aumento sostenido del subsidio a las tarifas de energía eléctrica y las deudas
de las municipalidades han debilitado al INDE. “El instituto no ha hecho
proyectos de generación en los últimos 30 años y eso nunca debió haber pasado.
Fue un error estratégico. La última gran inversión fue Chixoy”, apunta el
titular de Energía y Minas.
De acuerdo con las
estadísticas del ministerio, el INDE genera el 53.3 por ciento de la energía
hidráulica del Sistema Nacional Interconectado de Guatemala y es el mayor
transportista del país. Sin embargo, basta con echar un vistazo a la lista de
generadores y transportistas registrados ante la CNEE para darse cuenta de que
la competencia cobrará fuerza. Sobre todo porque la Política Energética prevé
que la demanda alcance los 16, 800 GWh en 2027. Y para no perder terreno, el
Instituto necesita recursos. “Ni siquiera hay dinero para repotenciar las
plantas existentes”, agrega Valencia.
La estrechez financiera
también ha despertado, entre los trabajadores, el temor de la eventual
privatización del Instituto. “Los activos del INDE serían muy atractivos para
los inversionistas. Las plantas funcionan y ya están pagadas. El 85 por ciento
de la población cuenta con el servicio. Y eso es gracias a los proyectos de electrificación
rural. Si desaparece el instituto, desaparece la tarifa social y la
electrificación rural”, advierte Valencia. Sin embargo, Archila descarta la
posibilidad: “No hay un marco jurídico para vender el INDE. Además, hay
ejemplos de empresas públicas exitosas, como la de Medellín”.
Por lo pronto, los
trabajadores ven en la construcción de la hidroeléctrica de Xalalá una
oportunidad para incrementar la capacidad de generación del Instituto y salir
adelante. “El INDE podría solicitar un préstamo. Además, el sindicato tiene
relación con organizaciones populares y eso facilitaría la negociación con las
comunidades”, dice el secretario del STINDE. En ese sentido, Archila considera
que, si bien el instituto podría ser sujeto de crédito, no debe descartarse la
posibilidad de realizar una alianza público-privada. “Es necesario analizar la
capacidad financiera del INDE. La meta es concluir los estudios técnicos,
geológicos y sociales antes de que termine el año. En todo caso, el proyecto
saldría a licitación a finales de 2014.”, indica Archila.
La salud financiera del
INDE dependerá, en buena medida, de las decisiones que las autoridades tomen
respecto a la tarifa social y de que las empresas municipales de energía
eléctrica se pongan al día con sus deudas. “Todavía no estamos en números
rojos. Pero la situación puede volverse crítica”, advierte Valencia. “El futuro
del INDE es incierto. Los próximos cinco años serán decisivos”, añade el
ministro. Pero también serán decisivas las inversiones que el Instituto logre
hacer para repotenciar su capacidad instalada, construir nuevos proyectos de
generación y mantener su liderazgo en el transporte de energía.
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